sábado, 15 de octubre de 2016

         ACRONIMOS


Entrando el otro día en mi cocidor (cocina- comedor) me encontré el trañuelo (trapo de cocina-pañuelo) tirado en el suelo. Cuál fue mi sorpresado (sorpresa al cuadrado) que al ir a recogerlo, el trañuelo empezó a moverse por el suelo. ¿¿¿Serán los efectos de la barbirina (barbitúricos mezclados con cocaína) de la partycar ( del inglés; fiesta en el coche) de anoche??? O ¿¿de no haber dormido lo suficiente por estar toda la noche follisqueando (follando y olisqueando)??
Como no podía salir de mi sorpresado, decidí perseguir al trañuelo por todo el cocidor hasta arrinconarlo debajo del frigofrederico (nevera que me regalo mi primo , de cuyo nombre no me acuerdo). Una vez allí, el trañuelo se quedó muy quieto: me lance, lo cazé y comprobé que dentro del trañuelo, estaba Einstein, un ratonabio (ratón-sabio) de mi vecina, la loca de arriba.
Enseguida supe que hacer; escribí en ratatui (twiter de las ratas) pidiendo rescate. El ratonabio, mientras tanto, salto del bolsillo de mi camiron (camisa con gran lamparón) y corriendo mucho, alcanzo las escaleras y subió para arriba como un alquelledi (alma que lleva el diablo). Al mismo tiempo se abrió la puerca (puerta de la loca) y ambos los dos, ratonabio y loca, se fundieron en un gran abrazo ratmano (ratón-humano).

Al tiempo me enteré de que el ratonabio le pidió matrimonio a la loca y esta, al comprobar que el pobre Einstein no tenía posibles, le puso un poco de cebeno (cebo venenoso) fresco del Mercadona en la cena.

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